Residuos admisibles

Protocolo recepción cenizas

Protocolo recepción de las cenizas

En el caso de las cenizas volantes procedentes de la incineración de residuos municipales, los vehículos de transporte descargan directamente en la planta de ensacado de alta densidad, previo control documental en báscula. Todas las descargas en la planta de ensacado de alta densidad se realizan siguiendo los procedimientos específicos existentes para esta operativa, para poder detectar cualquier posible incidencia. Existe un protocolo de descarga y funcionamiento de la planta de ensacado, auditado de forma periódica por la Administración correspondiente, con el fin de optimizar su funcionamiento.

En esta planta, las cenizas son mezcladas mediante un proceso ideado por ATLAS, utilizando un sistema de mezcladoras de última generación, donde se inyectan las cenizas, junto con aguas de lixiviado y aguas pluviales del propio depósito, para aumentar la plasticidad de la mezcla, compactando y envasando el residuo en contenedores flexibles tipo big-bags. La planta de ensacado de alta densidad emplea para ensacar el residuo, un big-bag diseñado específicamente para esta operación, plastificado en su interior, estanco y de un único uso. Esta planta permite tratar los residuos pulverulentos, como las cenizas volantes, a través de un proceso estanco, para que no haya ningún tipo de emisión en el exterior, debido a que una vez compactadas y dispuestas las cenizas en big -bags, se trata de un residuo sólido, totalmente estable, apto para ser gestionado en el correspondiente depósito de residuos especiales.

Con este proceso de tratamiento, se consigue aumentar la densidad del residuo, inertizar y reducir la carga contaminada de los metales presentes en las cenizas volantes, reducir su superficie de contacto con el agua y mejorar las condiciones físicas para su disposición al vaso receptor.

Este procedimiento supone una mejora de la gestión de este residuo en el depósito controlado, disminuyendo significativamente su carga contaminante, debido a que el contenedor big-bag impide el contacto con el agua y, por tanto, la generación de residuos y la disolución de los mismos.

La planta de ensacado, al igual que el depósito de residuos especiales, está sujeta a un régimen de control de emisiones atmosféricas, para asegurar el óptimo funcionamiento de la planta, para evitar cualquier emisión de residuos en el exterior.