Gestión y explotación
Diseño y construcción del depósito de residuos peligrosos
ATLAS diseña, construye y gestiona el depósito de residuos especiales de Castellolí. El objeto de esta instalación es el confinamiento y aislamiento del medio ambiente, de aquellos residuos especiales, cuya vía de tratamiento es la disposición controlada (D0503).
La construcción, explotación y control post-clausura del depósito controlado se realiza bajo el estricto marco normativo vigente en Cataluña, España y Europa, que obliga a los máximos niveles de control y calidad de la instalación.
Las características geológicas del terreno, formado por una gruesa capa de roca sedimentaria con alto contenido en arcillas, confiere al terreno un elevado grado de impermeabilidad natural.
Los criterios constructivos, muy por encima de la normativa vigente, aportan a toda la impermeabilización y drenajes del fondo y laterales del depósito, unas condiciones óptimas que mejoran las condiciones naturales del emplazamiento, y facilitan una gestión moderna, y segura de la instalación, asegurando un óptimo nivel de estanqueidad del residuo, salvaguardando y minimizado el riesgo en todo momento, de cualquier posible afectación al entorno.
Depósitos clausurados
Existen en la instalación 3 depósitos clausurados que en su día fueron utilizados por la disposición de residuos industriales.
En 1996 y por normativa de aplicación según, se clausuró el último de estos depósitos. Actualmente, ATLAS realiza las tareas de mantenimiento y control post-clausura, tal y como dicta la normativa Decreto 1/1997. Estas tareas se ejecutarán durante un período de 15 años a partir de su clausura. No obstante, como la actividad está en funcionamiento, este control sigue efectuándose.
La zona de lixiviados (los lixiviados son las aguas de lluvia que caen en el interior del vaso del depósito y entran en contacto con los residuos) de los depósitos clausurados constan dos balsas, la balsa norte de 348 m³ y la balsa sur de 348 m³ de capacidad. El tratamiento de estos lixiviados (reducción del CR+6 a CR+3) se ejecuta en la misma instalación, siguiendo el procedimiento interno de la empresa.
Monodepósito agujero 3
Depósito de residuos en big bags por las cenizas de incineración de residuos urbanos y residuos compatibles.
Este depósito fue clausurado a finales de 2010. Actualmente, se realiza el control post-clausura de tareas y mantenimiento.
La zona de lixiviados consta de dos balsas de 670 y 123 m³ donde se recogen los lixiviados y dos balsas de 2.191 y 477 m³ de capacidad en donde se recogen las aguas mixtas formadas por aguas pluviales y posibles excedentes de lixiviados si se producen.
Zona de ampliación
La capacidad total neta de la zona de ampliación es de 2.119.538 m³, según establece la autorización ambiental del centro aprobada el 19 de abril de 2002.
En la ampliación se distinguen dos tipos de depósitos, con infraestructuras propias e independientes: el Vaso A, donde los residuos se depositan a raudales (en unidades en la celda AF), y el Vaso B, donde los residuos se depositan en big bags ordenadamente. Dentro del Vaso A y B, existe una celda independiente para los residuos de fibrocemento/amianto, que dispone de un protocolo específico de gestión y descontaminación del personal y el transporte.
Las obras de adecuación de las diferentes fases del depósito se van realizando progresivamente a medida que se van clausurando las celdas en explotación.
Los lixiviados se recogen separadamente por el Vaso A y por el Vaso B, en dos balsas de 1.672 m³ de capacidad totalmente independiente. En la misma zona de balsas, existe una tercera balsa de regulación de lixiviados y aguas de supresión con una capacidad de 1.021 m³ (balsa C).
En la misma zona de balsas, existe una balsa de 6.366 m³ de volumen útil por las aguas pluviales de explotación, por el sector de la ampliación.
Planta de ensacado de alta intensidad
En la planta de ensacado de alta densidad se realiza el tratamiento, compactación, y ensacado de las cenizas de incineración de residuos urbanos con los lixiviados del propio depósito y las aguas pluviales recogidas.
Las cenizas se descargan desde los camiones cisterna que las transportan, hacia un silo de almacenamiento con filtro de mangueras. Posteriormente, se envían a una mezcladora donde se humedecen para poder ser ensacadas en big-bags estancos e impermeables. Una vez que el big-bag está lleno, se prensa y se transporta hasta el vaso del depósito.
Todos los lixiviados y aguas pluviales de explotación generadas en los diferentes depósitos de la instalación son reutilizadas en la planta de ensacado, donde se incorporan al proceso de compactación de las cenizas de incineración. De esta forma se consigue no hacer ningún tipo de vertido a cauce público en toda la instalación.